París es mágica en cualquier momento del año, pero en Navidad tiene un encanto añadido. Los escaparates los decoran de manera más vistosa que nunca, las calles se llenan de luces navideñas y los mercados de Navidad sorprenden a locales y turistas con su variedad. Si te planteas visitar la capital francesa en estas fechas tan señaladas, atención a estas 10 actividades que puedes realizar (entre muchas otras).
1. Recorre los mercadillos de Navidad
Algo esencial en prácticamente cualquier país de Europa, y los de París no puedes dejar de verlos si te dejas caer por la zona en época navideña. Encontrarás puestecillos repletos de todo lo que te puedas imaginar: desde comida de todas las regiones de Francia hasta mil tipos de productos de artesanía, pasando por algún que otro souvenir cutre.
Por el centro recomiendo cuatro mercadillos importantes: el de la Torre Eiffel, el del museo del Louvre (paralelo a Rue Rivoli), el de la plaza del Hôtel de Ville (ayuntamiento) y el del arco de la Défense.

2. Combate el frío con vino caliente
El vino caliente con especias es algo que en España la gente no entiende pero en muchos de los países vecinos causa furor. En Alemania recuerdo que el primer Glühwein marcaba el inicio oficial de la Navidad (lo cual solía ocurrir a finales de noviembre, quién soy yo para poner pegas a eso), y en Francia el vin chaud también está disponible en cada esquina de los mercadillos e incluso en muchas cafeterías y bares. Comprueba si eres de los que odian esta bebida o de los que la adoran… aunque ten cuidado, porque al estar caliente se te subirá a la cabeza más rápido que el vino normal.

3. Desafía el vértigo subiendo a la noria del Louvre
¿Lo mejor después de un par de vasos de vin chaud? Subirte a dar vueltas a una altura, claro está. Atrévete con la noria que suelen poner en el mercadillo de Navidad cerca del Louvre, en 2018 lo pusieron paralelo a Rue Rivoli, pero otros años ha solido estar en la Place de la Concorde. Independientemente de dónde esté montada la noria cuando vayas, las vistas de la ciudad de las luces desde arriba deben ser inolvidables.

4. Chúpate los dedos con una sesión de Raclette
Empiezo por aclarar que la Raclette no es parisina, sino que proviene de Suiza y es típica en las regiones montañosas de alrededor, incluyendo los Alpes franceses.
Sin embargo, considerando que la Raclette consiste en fundir un queso del mismo nombre y mezclarlo con otros alimentos (carne, verdura, patatas…), poco nos importa que no sea algo típico de la capital. El queso fundido gana cualquier argumento. Y es que pocas cosas hay mejores que comer esto en pleno invierno, y en París sobran los establecimientos para hacerlo.

5. Patina sobre hielo en el Grand Palais
La gran sorpresa de mi último viaje navideño por París: ¡montan una pista de patinaje sobre hielo con luces disco en el Grand Palais! Patinar ahí dentro es todo un espectáculo que compensa los 17-29 euros de la entrada (dependiendo de la hora a la que vayas). Ver la cúpula del enorme palacio iluminarse con mil focos mientras te deslizas por el hielo no tiene precio. He aquí la página web de las últimas Navidades con toda la información.

6. Descubre los nacimientos en las iglesias
Vayamos a algo más tradicional: los nacimientos o belenes. Desconozco si todas las iglesias de la ciudad montan uno en su interior cuando se acercan estas fechas, pero sí que es el caso de las que yo visite, la catedral de Notre Dame y la iglesia de San Pablo. Una diferencia con respecto a España es que no colocan al niño en la cuna hasta el día de Navidad, ya que se supone que Jesús aún no había venido al mundo. Hasta ese momento es una Biblia la que ocupa su lugar.

7. Admira la decoración de las Galerías Lafayette
Tanto los escaparates de estas conocidas galerías comerciales como su interior son dignos de ver, especialmente en Navidad. Se ve que no reparan en gastos: la decoración de la parte interna de la cúpula suele dejar boquiabierto al personal y los escaparates del exterior son auténticas obras de arte. Así que pásate a contemplar los adornos aunque vayas sin intención de comprar nada (buena suerte con eso, con todo lo que hay… ¡tienen hasta sección de Harry Potter!).

8. Paisajes con niebla
La Navidad en Europa la asociamos inmediatamente con el invierno. Si tienes suerte, quizás veas París cubierta de nieve, lo cual en los últimos años es cada vez menos probable, por desgracia. Algo que sí podrías presenciar es cómo la niebla da ese aire diferente y de misterio a la ciudad. Esto no lo verás en verano y puede ser interesante para descubrir esta conocida capital con un ambiente distinto a lo que se suele ver en postales y documentales. Por ejemplo, a mí me hizo gracia encontrarme la Torre Eiffel como si alguien hubiese robado la parte de arriba.

9. Piérdete en las librerias
Y si el invernal clima se vuelve demasiado desagradable para pasear (no te voy a engañar, el frío y la lluvia amenazan París a todas horas), siempre te quedará la opción de refugiarte en alguna de las librerías que hay por el centro. La zona de Cité cuenta con decenas de ellas, como Shakespeare and Company. Podría ser un buen momento para hacerse con algún regalo de Navidad… o algún autorregalo, según lo veas.

10. Recorre los Campos Elíseos
Si es que ya lo dice la canción, ♪ …il y a tout ce que vous voulez aux Champs-Elysées… ♪, hay todo lo que usted busca en los Campos Elíseos. En Navidad, además de todo lo que buscas, podrás disfrutar de ver esta mítica avenida y todos sus escaparates decorados con luces. Sin duda merece la pena curiosear las vitrinas de Dior, Cartier y compañía al pasar por allí. Y cómo no, la vista desde abajo de los Campos Elíseos con el Arco del Triunfo al fondo está aún más espectacular de lo normal.
